Hartas de escuchar tertulianos sin alma hablando de la violencia machista, hartas de ser silenciadas, hartas de que otros hablen por nosotras, hemos decidido unirnos con el objetivo de sensibilizar y visibilizar nuestras realidades desde la primera persona.

Así construimos esta colmena, en la que trabajaremos sin descanso zumbando por la libertad, la nuestra y la de tantas otras.

Zumbando contra la injusticia, contra los feminicidios, contra el maltrato, contra el machismo.
En este espisodio hablaremos de las secuelas que sufren los/as menores que han vivido situaciones de violencia. Entre estas secuelas están las alteraciones del sueño, las pesadillas, miedo a dormir en soledad, bajo rendimiento escolar, problemas de atención y concentración, comportamientos violentos o asunción del rol de víctima. También pueden desarrollar trastornos del sueño, fobias, trastornos alimenticios, ansiedad, intentos autolíticos, etc.
Los niños/as también son víctimas de la violencia de género. Lo más doloroso es que la comprensión de la violencia de un/a menor, se transforma en una herida permanente, donde no se comprende cómo la persona que les tiene que aportar refugio y seguridad, es en realidad quien más les daña. Un niño/a puede considerar que es un castigo por algo que ha hecho mal.
 Es fundamental que en este caso se haga una acompañamiento lleno de cariño, respeto, sin prejuicios y con escucha activa por parte de las instituciones como de los profesionales de la salud, tanto mental como física del menor.
Hacemos este programa con el corazón en un puño a causa de las novedades en el caso de Juana Rivas.
En el momento en el que estábamos grabando este programa, todo parecía indicar que la frialdad y lentitud por parte de la justicia española que ha acompañado durante los últimos 8 años a este caso, iba a permitir que el hijo menor  de Juana, Daniel, tuviera que volver a Italia con su padre, acusado  por la justicia italiana de maltratar también al menor.

Faltaban menos de 12 horas para que despegase el avión que iba a trasladar al pequeño, cuando la jueza que estaba de guardia en el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Susana Álvarez Civantos, ordenó la paralización del traslado tras acceder a escuchar al niño- hay que señalar que es la primera de los tres magistrados que han seguido este caso que accede a escuchar al menor- y determinase que en su relato trasmitiera de forma explícita “miedo, angustia y terror ante la idea de volver con su padre”.

Desde Colmena Libertad, queremos señalar que la escucha del relato de los menores en los casos de violencia de género por parte de la justicia, es fundamental para evitar dramáticos casos como el que relatamos en la sección de noticias, donde dos hermanas son separadas entre sí y del lado de su madre tras una sentencia del todo manipulada y provocando intentos de suicidio en una de las menores.

Que los/as profesionales de  la salud relacionen síntomas post traumáticos que podrían estar derivados de una situación de violencia, también es fundamental. Que la agilidad de los sistemas de protección de los menores tomen en cuenta todos los factores citados, es del todo fundamental.

La violencia de género puede transformar la infancia de un menor en un infierno, trayendo consecuencias psicológicas que podrían durar toda la vida y que le impulsara, en muchos casos, a repetir patrones insertos en su aprendizaje y perpetuando así, valga la rebundancia, la violencia de género si no se actúa en todos los ámbitos citados

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