8M 8 razones — Reconociendo el barrio

Entre todas las que estamos aquí podríamos hacer una lista inmensa de razones para apoyar el 8M y eso es lo que vamos a hacer hoy. Y nos vamos a ayudar pensando razones para trabajar en torno al 8M.

Empezamos recordando años atrás de «ochos de marzo».

Son los tiempos en que las manifestaciones en Madrid del 8M son minoritarias. Empezaban en Jacinto Benavente y bajaba hacia Atocha con apenas 30 o 40 mujeres, y donde los únicos hombres que marchaban en ella eran los que iban tras la pancarta del COGAM, o eran los tres fotógrafos (hombres) de los medios de izquierdas de la época. Éramos una especie de zoo de mujeres observadas desde las aceras por la gente un tanto escéptica o con sentimientos encontrados.

Seguimos. En aquél momento el feminismo era considerado un enfrentamiento a todo lo masculino sin más, una especie de lucha de rebeldía sin causa. Era un momento en el que la responsabilidad de la sociedad hacia el machismo imperante no se reconocía de ninguna forma más que en ambientes muy alternativos. Y la lucha feminista justamente existe para eso: si tú (sociedad) no te haces responsable, nosotras responderemos (con feminismo).

Es decir, si el responsable no responde, habrá una respuesta (feminista en este caso), así funcionan las militancias. Toda acción tendrá una respuesta, y la inacción también es una forma de posicionarse.

El programa Reconociendo el barrio es un espacio con vocación de dar voz al barrio de Caño Roto a través de la Asociación vecinal La fraternidad de los Cármenes: La Frater. Presentando el editor de Virginia Woolf, Hogarth Press, Ramón de Masi. Co-presentando conmigo Ilia,¡ la nueva Virginia Woolf! Y acompañándola servidora, Míriam Brontë, vecina de caño roto y socia de la Frater.

¿Cuándo dejaremos de tener que recordar que nos están matando, a nosotras y nuestras hijas, matando nuestra alegría de vivir con la violencia vicaria diaria, invisibilizando, menospreciando, anulando, sometiendo…? Cuando tendremos que dejar de sostener la injusticia diaria de la desigualdad en forma de salarios más bajos, trabajos precarios, dificultad para conciliar porque estamos solas con cargas familiares. Sostener el amor romántico tal y como aprendimos de niñas, con todo el daño que nos trae y que a duras penas vamos desaprendiendo. Vamos a entrenar ese des-aprendizaje utilizando la cultura que nos rodea para ello, como en el podcast del pasado 25N.